Imagen de Paul Di Resta con Williams en Hungría supliendo a Felipe
Massa (FOTO:www.thebestf1.com)
Sábado por la mañana en Hungría y
finalización de los Libres 3. Felipe
Massa se sintió indispuesto y Paul Di Resta fue requerido de urgencia para
subirse al Williams. Hacía cuatro años que se separó del camino de Force
India y sin comerlo ni beberlo se veía de nuevo compitiendo, viéndose obligado
a quitarse el óxido a marchas forzadas,
lanzado directamente a la calificación sin hacer ninguna sesión preparatoria.
En carrera no pudo finalizar y
bastante papel hizo. Pero realmente, su actuación en Hungría debería reabrir el debate sobre el rol que actualmente
desempeñan los pilotos reservas de las escuderías.
Hasta hace unos años, cuando
alguien tenía que subirse a sustituir a otro piloto por eventualidad, se veía
que conocía el coche, que nada más salir a pista podía ser competitivo y estar al nivel de lo que el equipo le pedía
como son los casos de De la Rosa cuando pilotó para Mclaren o de Gené cuando
hubo de suplir a Montoya en Williams amén de otros variopintos ejemplos. ¿Por
qué con Di Resta y otros no ocurre eso? Pues son dos motivos muy claros:
El primero de ellos es que son unas víctimas de la reducción de tests
para el abaratamiento de los costos. Anteriormente tenían un papel activo y muy
importante en cada test. No eran solo reservas, sino que su voz y su hacer en
pista era tenido en cuenta para la evolución del coche. A día de hoy pocas
pruebas se hacen y las que se llevan a cabo las copan los titulares, por lo que
el papel de un piloto reserva queda
relegado a un simulador que por muy realista que sea, nunca llegará a ser
tan veraz como salir a pista.
El segundo es la escasa confianza que el equipo tiene en
ellos. A día de hoy no los ven como alguien a quienes puedan meter a probar
en los Libres 1 o dar algunas vueltas en los tests. Los encierran en los
simuladores citados en el anterior párrafo y se olvidan de que el tercer piloto tiene que conocer
perfectamente el coche y estar en forma por si tiene que pilotar. Como hemos dicho, cuando Gené, De la Rosa,
Salo, Wurz, etc han debido de cubrir suplencias, las hicieron conociendo cada
detalle del coche que llevarían y ello auguraba un buen rendimiento. En el
último caso de Di Resta sólo hemos visto que por todo lo expuesto se ha
enfrentado a todo un monoplaza y unos neumáticos desconocidos, algo que debería
ser inadmisible en cualquier equipo. E igual que Di Resta también sufrió Badoer
en las dos carreras que reemplazó a Massa en Ferrari. Sí señor, en los 90
Badoer no es que fuera un ducho, pero ni mucho menos era la risión de la
parrilla ni el pufo que parecía ser en Ferrari cuando doce años después tomó
parte con un coche que apenas pudo tocar.
Conclusión a todo. Los equipos
deben empezar a valorar más el desempeño de sus pilotos reservas y darles más kilometraje en pista para que
estén en activo. El no conocer el monoplaza y el óxido son sus principales
enemigos en caso de tener que volver al ruedo.
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