Sebastian Vettel pasó toda la carrera tras Hamilton en una situación
desesperante para él ante la imposibilidad de darle caza (FOTO:www.caranddriver.es)
Spa es un clásico dentro del
calendario. Pero este año se puede decir que ha sido el Gran Premio más emotivo
de las últimas temporadas. Primero Mick
Schumacher homenajeaba a su padre Michael subiéndose al Benetton con el que
ganó su primer mundial en 1994, y posteriormente el propio Mick Schumacher ha
visto como Lewis Hamilton igualaba el récord de poles de su progenitor
alcanzando las 68. Sólo una separa al británico de ser el piloto con más poles
de la historia de este deporte.
Pasada la calificación, la
carrera ha tenido un férreo marcaje de
Vettel a Hamilton durante toda la prueba. Un marcaje que de poco le ha
servido al alemán que no acertó en los dos
momentos clave. En la salida no consiguió superarle en el Radillon y luego
tras el Safety Car, optando por una estrategia de ultrablando y tampoco pudo
con Hamilton en la misma zona tras tirar el coche a un lado y a oro. A raíz de
ahí la historia fue siempre la misma, el de Mercedes mantenía una ventaja entre
el segundo y medio y los dos segundos, suficiente para enseñarle la zanahoria a
Vettel y dejarle fuera de la zona de DRS.
Analizando también la carrera de “Seb”,
sorprende que no intentara el undercut en un circuito tan largo e imitara la
estrategia de Lewis. Su apuesta real fue
tras irse el Safety Car y no le salió. Un Safety Car que es el fiel reflejo
de la tensión que se vive en el box de Force India – cruce de declaraciones
inclusive– por los continuos toques
entre Ocon y Pérez. Primero el galo se vio empujado
contra el muro poniéndole el mexicano en serio peligro y la colisión en la
segunda parte de carrera propició la aparición del mencionado coche de
seguridad. Tras la jornada de hoy, todo son críticas contra “Checo”.
Tampoco deben estar las cosas
precisamente calmadas dentro de Red Bull. Nuevo
abandono de Verstappen por falta de fiabilidad y Ricciardo una vez más, en
paso silencioso, ha salvado los muebles con un podio poniendo su calidad por
encima del monoplaza que pilota.
En cuanto a otros equipos,
mientras Williams sigue desapareciendo y en Renault han de confiarlo todo a
Hulkenberg por las pobres actuaciones de Palmer, en Mclaren se repite la
tensión y los problemas estallando por enésima vez Fernando Alonso contra los
suyos. Pérdida de potencia o no del propulsor
Honda, parece que desde Japón llegan nuevas ventas de humo.