domingo, 18 de junio de 2017

Porsche ante la rebelión de los LMP2

El Porsche número 2, pilotado por Timo Bernhard, Brendon Hartley y Earl Bamber ha ganado unas trepidantes 24 horas de Le Mans, teniendo que bregar con el LMP2 número 38 de Jackie Chan Racing (FOTO:www.gtspirit.com)

En esta edición, Toyota lo tenía todo para resarcirse del batacazo de 2016. Habían preparado la carrera muy a conciencia y Kamui Kobayashi hizo la pole con record del circuito incluido. Ese dominio se ratificó en las primeras horas de la prueba. Ese Toyota número 7 controlaba y mantenía distancias que apenas bajaban del medio minuto y subían del primero ante unos Porsche que empezaban a tener problemas mecánicos. Uno quedaba fuera y el a la postre ganador tenía que estar una hora en boxes para repararse, perdiendo a priori las opciones de vencer.

El calor no iba a ser ajeno a las mecánicas, y la hecatombe de Toyota llegaba con la caída de las horas nocturnas. Ese prototipo, que dominaba a placer se paraba y previamente a eso el Toyota de Buemi, Nakajima y Davidson entraba en boxes por problemas con los frenos, sin poder partir nuevamente hasta la 1 de la madrugada.  El tercer Toyota también sufría todas las desgracias posibles y adiós a la carrera para ellos. Porsche, que se había visto en un Sandwich nipón gran parte de la carrera, pasaba a liderar con el prototipo número 1. La competencia no era feroz para él, a su estela, y metiéndole varias vueltas hasta llegar casi a las 20, se situaban los LMP2. Unos LMP2 dispuestos a cobrar su cuota de protagonismo no sólo por verse en un podio inesperado para ellos, sino que el inhóspito  abandono del Porsche 1 en el que brillaban Neel Jani, Andre Lotterer y Nick Tandy daba un vuelto descomunal a la carrera. Un LMP2 se posicionaba para  un histórico triunfo al equipo al que Jackie Chan daba nombre Ho Ping Tung, Thomas Laurent y Oliver Jarvis debían ser un manojo de nervios tanto en el prototipo como en el box cuando tocaban los descansos entre relevo y relevo.

Por detrás, la remontada del Porsche número 2 empezaba a cinco horas del final, se le veía desatado y rozó las barreras en un doblaje como muestra de que creían en la épica después de todo lo que les había ocurrido. A una hora de la conclusión de la carrera, el sueño de Jackie Chan de hacer una gesta para recordar acababa y se conformaban con el nada desdeñable premio de vencer en LMP2 de manera autoritaria.

En la primera categoría de GT sin duda vimos la prueba más igualada. Las marcas que se peleaban eran de lo más variopinto sin que ningún equipo fuera claro dominador. Ferrari con su AF Corse, Ford y Porsche conservaron sus opciones durante las casi 24 horas de la prueba, pero fue el Corvette de Antonio García, Jan Magnussen y Jordan Taylor el que nunca se puso nervioso en carrera. En el anochecer llegaron a ocupar la duodécima posición y se notó la experiencia de este triunvirato ascendiendo poco a poco hasta en los últimos giros, con una parada memorable en boxes entre Aston Martin y Corvette. Los amarillos salían delante en el relevo final. Un relevo cuanto menos cuestionado al ser Jordan Taylor el que lo hiciera dejando en boxes la experiencia y calidad de Antonio Garía y Jan Magnussen.  De hecho, el Aston Martin de Jonathan Adam presionó y llegó a tener un toque con el Corvette que le dejaba virtualmente fuera de la opción de victoria en GT. Pero ahí, un error del americano marchándose por la puzolana y dañando el Corvette en el tramo decisivo hizo que Adam no dudara en meterle el coche e imponerse.


GT Amateur tampoco estuvo exento de emoción. El equipo JMW Motorsport motorizado por Ferrari ganaba con el coche que conducían Robert Smith, Will Stevens y Dries Vanthoor. Pero Aston Martin también era favorito en esta categoría y con Paul Dalla Ana al volante del número 98, sufrían un reventón cuando iban primeros. 

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