El choque deliberado entre Hamilton y Vettel durante el periodo de
Safety Car dará que hablar durante varias semanas
Sin duda es el tema candente de la semana entrante.
Bakú nos ha dejado la carrera más loca en lo que llevamos de año, muy lejos del
tostón del estreno en 2016 y un debate que perdurará como mínimo hasta dentro
de dos semanas cuando nos encaminemos al Red Bull Ring de Spielberg.
La prueba apenas había llegado al
ecuador y nos encontrábamos en uno de los sucesivos periodos de Safety Car y Hamilton, tras su pole 66 lideraba. Fue
entonces cuando decidía ralentizar el
ritmo para dar el tirón y ahí Vettel impactó con su morro sobre la parte
del difusor del Mercedes. El alemán iba
caliente y se emparejó a él para golpearle. Fin del buen rollo entre ambos
y toca repartir culpas, unas culpas donde mojándonos un poco se las damos más a
Lewis Hamilton. De todos es sabido que su afán
por ralentizar el ritmo cuando va a finalizar el periodo de Coche de
Seguridad y eso ya provocó un accidente entre el mismo Vettel y Webber en el
Gran Premio de Japón 2007. Sin duda para muchos, una provocación en toda regla del que ahora se piensa el sucesor de
Ayrton Senna y en la que Vettel cayó en un acto sin poca justificación. Tal
vez deberían empezar a mirarse muchas cosas como la normativa tras el Safety
Car o sancionar a ambos en el post-carrera. Cosa que no se hizo.
El otro debate se centra en la
tensión que viven los dos pilotos de
Force India desde Canadá. Esta vez ambos colisionaron al bregar la posición
y probablemente, tal como transcurrieron los acontecimientos, no sólo tiraron un podio seguro, sino una
más que probable opción de victoria.
Ese incidente quitó el
protagonismo a la carrera más eliminatoria del año, esa donde Bottas, aunque ayudado por los Safety
Car, se ganó una vez más la renovación con las balas plateadas al remontar
desde atrás hasta el podio después de chocar con Raikkonen en la salida. Ricciardo
carrera de menos a más tras problemas en los boxes y qué decir de Lance Stroll. El chico está cogiendo moral y se ha
rehecho a las mil maravillas de un inicio de temporada desastroso. En el Gilles
Villeneuve se creyó que podía hacer algo y lo de Baku debe ser algo más que esa
bocanada de aire fresco para demostrarle al bueno de Frank Williams que está listo para asumir el reto que le han
encomendado.
También carrera consistente para los dos españoles entrando en los puntos.
Siempre ajenos a los terremotos que la prueba reservaba a todos y bien al
intentar defender sus respectivos lugares, llevando especialmente alegría al
asturiano con la inauguración del
casillero de Mclaren.