La parabólica de Monza (aquí aún con
escapatoria de tierra) no volverá a ser parte de la Fórmula 1
Nuevo calendario provisional de la Fórmula 1
y echaremos de menos un clásico, una cita habitual desde 1950 y años anteriores
a la creación del campeonato de Fórmula 1.
Se va el templo de la velocidad, su parabólica, su chicane cerrada como primera curva pasando de 360 por hora a 80 con embudo incluido. Tristemente Italia, que quedó huérfana en parrilla tras la retirada de Jarno Trulli, ahora observa cómo uno de los grandes premios con más solera se cae.
Se puede decir que los dueños del Gran Circo
cambiarán, pero las políticas son las mismas. Cuán poco importa no ver ya a los
Tifossi poblando las gradas, la recta de meta llena de espectadores con el fin
de ver el pódium. Sentimientos que Liberty Media no valora y continúa en la
línea paralela de hacer de la F1 un negocio puro y duro, extrapolándola más a
jeques caprichosos con trazados vacíos que al aficionado de verdad, al de clase
media que realmente mantiene este deporte con su presencia en trazados o
contratando televisión de pago para no perderse las carreras.
El nuevo calendario aún esconde más
despropósitos. Tres míticos más como Montreal, Interlagos y Hockenheim no
tienen asegurada su presencia a pesar de que provisionalmente hayan sido
incluidos. Y qué decir de Baku, colocado de nuevo estratégicamente con las 24
horas de Le Mans, pensando más en continuar con su ataque frontal al ascenso
del WEC que en mejorar la que aún, con reticencias, sigue siendo la categoría
reina del motor, hasta que se la carguen.