Mucha
tela que cortar en el Gran Premio de EEUU. Austin nos ha traído tres días vibrantes,
con un resultado cotidiano pero con todo lo ocurrido fuera de la normalidad.
Empezando con un fin de semana pasado por agua, suspendiendo los Libres 2,
aplazando la calificación al domingo impidiendo el líquido elemento disputar la
Q3. Así que los resultados de Q2 conformaban la parrilla amén de dejar patente
la poca laxitud de la FIA a la hora de montar los juegos de lluvia extrema, ya
que los equipos sólo disponían de tres para todo un fin de semana sin permitir
usar alguno extra.
Ya en
carrera, y aún empezando con pista mojada, el agua cesó y paulatinamente el
asfalto se secaba. Una lástima para Red Bull, que soñaban no ya sólo con volver
a ganar, sino con un doble podio y al final tuvieron que conformarse con un
solitario punto en manos de Daniel Ricciardo sacado in extremis. Para que
veamos lo que pueden dar de sí casi dos horas de Gran Premio, el cual, con
tanto Safety Car tanto virtual como real, lograron poner sobre la mesa la
importancia del ingrediente de la estrategia. Ahí Vettel estuvo hábil,
también Hamilton al parar con el coche
de seguridad por accidente de Kvyat, Alonso arriesgó pero la jugada no le salió
y se vino atrás con problemas de potencia y unos neumáticos que ya no podían
más. Y Verstappen, pues a la chita callando se ha quedado a las puertas del
podio corroborando que es la promesa de la Fórmula 1, como a las puertas de
puntuar se ha quedado Alexander Rossi en su casa.