La
lluvia nunca llegó, por lo que el regreso del Autódromo Hermanos Rodríguez hizo
que todo fuera normal, que lo vivido en Texas hace siete días fuera complicado
de repetir.
Tras años y años de ausencia, los Mexicanos querían volver a vibrar con su piloto estrella, que no es otro que Sergio Pérez, de nuevo intentando sus estrategias suicidas de paradas escasas con la enésima demostración de que su punto fuerte es la gestión de los neumáticos.
Tras años y años de ausencia, los Mexicanos querían volver a vibrar con su piloto estrella, que no es otro que Sergio Pérez, de nuevo intentando sus estrategias suicidas de paradas escasas con la enésima demostración de que su punto fuerte es la gestión de los neumáticos.
En
cuanto a la prueba en sí, Rosberg esta vez no erró, no tiró la victoria por la
borda en medio del clima de relax que debe vivir Mercedes al saberse ganador de
los dos títulos. Hamilton intentó de nuevo ir en modo campeón o en modo “Hammertime”,
no quería regalar ni mucho menos la victoria y así se lo hizo saber al equipo
en la parada de seguridad que ambos realizaron. La polémica se cernía sobre el
cielo sin que tocara tierra al acatar Hamilton las órdenes aún contra su
voluntad. Porque este trazado, no era exigente para el neumático y se podían
dar muchas vueltas con él. Los frenos no opinarán lo mismo.
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