domingo, 5 de julio de 2015

Williams no supo gestionar

FOTO: Fórmula 1

Independientemente de la lluvia, de que por fin hemos tenido una prueba con esas condiciones cambiantes que tanto se echan de menos en muchas ocasiones, dejando una parte de la prueba al azar con los equipos pequeños esperando pescar en río revuelto, hay que destacar el escenario inesperado que nos ha brindado Williams. ¿Han mejorado sus sistemas de salida como aquel Renault de 2006? No lo sabemos. El caso es que gracias a ellos, gran parte de la carrera ha sido contra todo pronóstico, poniendo en jaque a los Mercedes y cuestionando su dominio. Pero erraron a la hora de hacer las cosas y parar en boxes.

En el cuarteto de cabeza, Bottas era mucho más veloz que Massa y desde el muro, parecía que lo más sensato era sacrificar a uno de los pilotos haciendo tapón con el fin de favorecer la escapada del otro. Eso decía la lógica si Williams quería volver a pisar lo más alto del cajón casi un lustro después. Pero optaron por lo errático probablemente con el propósito de no disgustar a ninguno de los dos pilotos, y eso les costó perderlo todo tras ponerle en bandeja a Hamilton la primera posición. La lluvia además les hizo naufragar en lo que parecía la carrera más prometedora.  En resumen, Williams ni consigue contentar a sus dos espadas ya que Bottas tendrá un justificado enfado, ni ganan la carrera y además caen en la trampa de los plateados.

La lucha Williams-Mercedes ha sido lo que ha protagonizado la carrera quedando en el tramo final todo en manos de la suerte. Cuando te encuentras un “Ahora llueve, ahora no”, has de tomar una decisión que puede ser la correcta o pifiarla como la pifió Raikkonen o Ericsson. Por atrás, más sentido tiene que Fernando Alonso se la juegue para amarrar su primer punto en otro capítulo más de “La casa del terror” en Woking. Y los que quedan según dejó entrever el sábado.

Dentro toda la lluvia caída, si alguien ha destacado aunque sin las cámaras para verlo es Roberto Merhi. La falta de prestaciones en comparación con las de Will Stevens quedaron en nada en cuanto las manos empezaron a contar, pudiendo sacar Merhi hasta tres segundos por vuelta a su compañero. Ahí es nada. Como diría el humorista José Mota, “Ahora vas y lo tuiteas”.

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