Independientemente
de la lluvia, de que por fin hemos tenido una prueba con esas condiciones cambiantes
que tanto se echan de menos en muchas ocasiones, dejando una parte de la prueba
al azar con los equipos pequeños esperando pescar en río revuelto, hay que
destacar el escenario inesperado que nos ha brindado Williams. ¿Han mejorado
sus sistemas de salida como aquel Renault de 2006? No lo sabemos. El caso es
que gracias a ellos, gran parte de la carrera ha sido contra todo pronóstico,
poniendo en jaque a los Mercedes y cuestionando su dominio. Pero erraron a la
hora de hacer las cosas y parar en boxes.
En el
cuarteto de cabeza, Bottas era mucho más veloz que Massa y desde el muro,
parecía que lo más sensato era sacrificar a uno de los pilotos haciendo tapón
con el fin de favorecer la escapada del otro. Eso decía la lógica si Williams
quería volver a pisar lo más alto del cajón casi un lustro después. Pero
optaron por lo errático probablemente con el propósito de no disgustar a
ninguno de los dos pilotos, y eso les costó perderlo todo tras ponerle en
bandeja a Hamilton la primera posición. La lluvia además les hizo naufragar en
lo que parecía la carrera más prometedora. En resumen, Williams ni consigue contentar a
sus dos espadas ya que Bottas tendrá un justificado enfado, ni ganan la carrera
y además caen en la trampa de los plateados.
La
lucha Williams-Mercedes ha sido lo que ha protagonizado la carrera quedando en
el tramo final todo en manos de la suerte. Cuando te encuentras un “Ahora
llueve, ahora no”, has de tomar una decisión que puede ser la correcta o
pifiarla como la pifió Raikkonen o Ericsson. Por atrás, más sentido tiene que
Fernando Alonso se la juegue para amarrar su primer punto en otro capítulo más
de “La casa del terror” en Woking. Y los que quedan según dejó entrever el sábado.
Dentro
toda la lluvia caída, si alguien ha destacado aunque sin las cámaras para verlo
es Roberto Merhi. La falta de prestaciones en comparación con las de Will
Stevens quedaron en nada en cuanto las manos empezaron a contar, pudiendo sacar
Merhi hasta tres segundos por vuelta a su compañero. Ahí es nada. Como diría el
humorista José Mota, “Ahora vas y lo tuiteas”.
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