miércoles, 29 de julio de 2015

Emotividad y emoción

Los cascos de los pilotos fueron el foco de atención en el homenaje a Jules Bianchi (FOTO. A.P)

Las vacaciones nos han pillado por medio, y por ello la demora de analizar el Gran Premio de Hungría, el cual ha tenido una altísima carga de emotividad por el homenaje a Jules Bianchi sentido por todos, cabizbajos recordando a un piloto prometedor, llamado a cosas interesantes en la Fórmula 1 cruzándose en su camino la grúa maldita.
Los pilotos ahí nos demostraron que están hechos de otra pasta, porque no es fácil subirse a un monoplaza después de lo vivido en los momentos previos, con sinceros abrazos a una familia rota que sacó fuerzas de flaqueza para viajar a Hungría.

“El Mónaco permanente” de Hungaroring lleva unos años dejándonos carreras interesantes a pesar de las dificultades para efectuar adelantamientos. Y el guión de este año parecía sacado de Silverstone en sus inicios. Mala salida de los Mercedes y esta vez no eran los Williams los que se veían en la delantera, sino los Ferrari. Vettel silenciaba en pista todas las voces críticas manteniendo un ritmo constante, llevándole décima a décima tanto a Raikkonen como a Rosberg mientras que Hamilton debió olvidarse la calculadora en casa, puesto que se mostró errático y nervioso ante una nueva situación que no era ir primero de manera cómoda, llevándole todo a salirse de pista y cometer múltiples errores que parecían condenarle a perder el liderato aún con su clara supremacía sobre Rosberg. Apareciendo entonces la fortuna, el karma que le faltó en Mónaco dando un nuevo giro de timón el campeonato. Ricciardo, mermado en su coche pero con opciones de victoria por ritmo, impacta con el teutón pinchándole la rueda en una lucha que no se hubiera producido si Mercedes no se hubiera equivocado en la estrategia. Se pasaba de un adiós al liderato a salir reforzado a pesar de un fin de semana para olvidar. Así que nada, a lo absurdo, dejaban a Kvyat listo para subirse por primera vez al podio beneficiado entre otras cosas por el abandono de Raikkonen por problemas mecánicos y a Carlos Sainz Jr sin opciones de porfiar contra sus hermanos mayores por la enésima avería.


En río revuelto pescaron también los Mclaren. Por primera vez le echaron bemoles, arrojo poniendo el coche al máximo. Sin temor a averías, puesto que esta temporada ya no vale para otra cosa que no sea sacar conclusiones de cara a 2016, y por ello no deben temer si pasa lo del sábado con Fernando. Han demostrado que dando todo lo que tienen, y aún beneficiándose de todos los abandonos para concluir con los dos bólidos en los puntos, pueden pelear perfectamente por recoger los últimos botines por cada Gran Premio.  Incluso Alonso, entre risas, se veía en el podio si la carrera dura unas vueltas más.  

sábado, 18 de julio de 2015

Hasta siempre Jules

Jules Bianchi durante el GP de Mónaco 2014, en el que acabó noveno metiendo al Marussia en los puntos por primera y única vez.

Realmente, Jules Bianchi ha ganado muchas carreras en su vida mientras ha estado en Karts, F3, GP2 o World Series. Pero tristemente, hay que decir que hoy nos levantamos de la cama perplejos, tristes y abatidos al ver que el bueno de Jules no ha podido vencer la carrera más importante, que es la carrera de su vida. Y no vamos a entrar en creencias religiosas o demás, pero ojalá, allá donde esté, pueda competir contra Ayrton Senna, Jochen Rindt, Onofre Marimón, Ronie Petterson, Ricardo Paletti, etc.

Hace escasos días, sus padres emitían un nuevo comunicado que era la pérdida de esperanza y quién sabe si el preludio de lo que hoy se ha confirmado. “Esto es peor que si estuviera muerto” decían,  y no me extraña, ya que han sido nueve meses de larga agonía, de no despertar y de que nadie haya querido asumir responsabilidades por aquella grúa que hoy se ha llevado a Bianchi, siendo el galo el primero en perder la vida desde que Ayrton Senna pereciera en el maldito Gran Premio de San Marino en 1994.

La trágica noticia nos ha dejado helados por mucho que supiéramos la gravedad de sus heridas y nos hace tomar conciencia de una cosa importantísima. La Fórmula 1, por muy segura que sea, siempre llevará consigo un componente de riesgo y que por mucho que estos coches estén hechos a prueba de todo, la fatalidad siempre puede ocurrir.

Ahora, no son sólo momentos de luto, sino que también es momento de recordar una vez más al Bianchi piloto. Aquel que después de imponerse en la F3 Europea, entraba en la Ferrari Driver Academy a la vez que parecía sufrir un estancamiento deportivo en GP2 y World Series. Allí incluso se cuestionaba si realmente era merecedor de estar en el programa de Maranello, silenciando todas las críticas al subirse a ese Marussia de rebote, dado que Luiz Razia era el dueño de ese volante pero el incumplimiento de sus patrocinadores le impidió debutar. Y no tardó en verse a un Bianchi con calidad, siempre por encima de Max Chilton en su año de Rookie para explotar en ese segundo año del fatal accidente. Ahí llevó a un agonizante Marussia a Q2 en varias ocasiones, se batía contra coches mucho más rápidos que el suyo e incluso tiró una vez a la cuneta a Kimi Raikkonen en calificación, dejando patente cuál era el pasado y cuál el futuro de Ferrari. Pero lo mejor sin duda, fue aquel Gran Premio de Mónaco que os reproducimos en versión radio en esta entrada. Ahí, Bianchi consiguió darle sus primeros puntos al modestísimo equipo ruso terminando noveno en otro alarde de manos y temple dentro del trazado angosto y técnico.


Dicho todo, sólo queda sumarse al dolor de los pilotos y suscribir las palabras de cada uno de ellos diciendo por último, DESCANSA EN PAZ, JULES. Nos quedamos con ganas de presenciar lo que hubieras podido lograr en equipos más competitivos.

jueves, 16 de julio de 2015

Fernando, ya no lo crees ni tú

FOTO: Getty Images

En los primeros compases de su nueva estancia en Mclaren, Fernando Alonso hizo unas fuertes declaraciones. “ Yo fui segundo tres veces con Ferrari y no quería serlo una cuarta” a lo que añadió “Si Ferrari gana el mundial cambiaré de opinión”.  

Cuanto más pasa el tiempo más cobra fuerza el pensamiento de que aquellas declaraciones fueron hechas para justificar de alguna manera su fichaje y todavía fe en Mclaren. Porque seamos realistas. Aunque no se gane un mundial, a todos los pilotos les encanta luchar por victorias en carreras, subir al podio, etc. Y eso, a pesar de que el Ferrari no acababa de ir, lo conseguía Fernando. En cambio, ¿qué hay esta temporada? Un bicampeón con un solitario punto en un equipo al que únicamente la presencia de los Marussia en el fondo de la parrilla salva a los de Woking de hacer el más espantoso de los ridículos, añadiéndole un ambiente enrarecido en el que unos y otros se pasan la pelota sin asumir responsabilidades de este gran fracaso.


Si echamos la vista atrás, es de recibo reflexionar la causa o motivo de la ruptura de Alonso con los de Maranello. Allí admitieron que no preveían hacer un coche ganador en los próximos tres años, vendían un proyecto a largo plazo que no podía asumir el asturiano pero sí Sebastian Vettel. Por lo que Alonso, al borde de los 34 años, necesitaba un proyecto que le garantizara la victoria de manera inmediata, sin esperas ni dilaciones. Por ello fue a Mclaren, porque parecía una andadura ambiciosa convertida ahora en un “no proyecto” con cortinas de humo, donde los podios que se vislumbraban a final de año se han transformado en un “habrá carreras peores que esta” con cara seria y voz cabizbaja matizado todo con otras declaraciones en las que nos comenta Fernando que la segunda mitad del campeonato será totalmente diferente para Mclaren. Pero ¿Diferente en qué? ¿Cuántas mejoras se han prometido sin que nada llegue  mientras mengua la credibilidad?. Así que a estas alturas, con los únicos cuatro puntos de Button más el pequeño botín de Alonso en Silverstone,  y las ya asudias eliminaciones en Q1 combinadas con reiterados abandonos, se torna en imposible pensar en un 2016 esperanzador, y mucho menos en plantar cara a los Mercedes. Así que apelando al titular diría “Fernando, ni tú piensas lo que dijiste con aquellas palabras ni los demás podemos creerlas, porque las voces, los gestos y las miradas dicen más que las lenguas”. 

domingo, 12 de julio de 2015

El accidente de Roberto Merhi

El análisis rápido del paso de las World Series por el Red Bull Ring sería el siguiente. El bajón de Jazeman Jaafar aclara que el campeonato será cosa de Rowland y Vaxiviere. Stoneman es profeta en la tierra de las bebidas energéticas pudiéndose convertir en juez y parte mientras que los demás parecen pelear por lo que dejarán éstos.  Incluido Merhi, al cual le cuesta coger el nivel exhibido en esta categoría hace ahora una temporada, y que ahora, tomándole el pulso a un difícil Pons Racing, ha tenido el peor de los fines de semana cuando todo pintaba color de rosa para él, metiéndose arriba y asegurándose el partir segundo en idéntica manga.

Sin duda, el castellonense ha sido el triste protagonista en unos días complicados de olvidar para él. En la primera carrera acababa cuarto, pero una penalización de diez segundos por exceder los límites del trazado le enviaban fuera de la zona de puntos estando lo peor por llegar. Misteriosamente se frena al ver la bandera a cuadros y Lafiti se lo lleva por delante. Obviamente, se aprecia que no hubo intencionalidad ni resquemores al darse ambos la mano en un gesto de preocupación mutua por el estado de salud.  Ahora bien, estudiando las imágenes fríamente junto con el comunicado oficial de Roberto Merhi en su web , diría que Merhi no obra bien, y así hay que reconocerlo aunque siempre haya sido un firme defensor suyo atraído por su pilotaje desde los tiempos de Fórmula 3 y pensar que en Fórmula 1 únicamente la desigualdad mecánica con Stevens le privan de barrer al británico.


Analizando el citado comunicado y corroborándolo con los hechos, los problemas de suspensión y de dirección a los que se aluden para nada parecen ser motivo suficiente para frenar el monoplaza de esa manera tan repentina, eso únicamente se justificaría con cualquier avería de motor, de marchas, hidráulica, etc. Así que de tener que pararlo todo, Merhi debió intentar aparcar el bólido pegado al muro, y en las imágenes se observa que continúa en medio de la pista, con el consabido riesgo de que aquellos espadas que llegan con todo intentando arañar algún punto más al tratar de ganar posición impacten de esa manera contra él. 

domingo, 5 de julio de 2015

Williams no supo gestionar

FOTO: Fórmula 1

Independientemente de la lluvia, de que por fin hemos tenido una prueba con esas condiciones cambiantes que tanto se echan de menos en muchas ocasiones, dejando una parte de la prueba al azar con los equipos pequeños esperando pescar en río revuelto, hay que destacar el escenario inesperado que nos ha brindado Williams. ¿Han mejorado sus sistemas de salida como aquel Renault de 2006? No lo sabemos. El caso es que gracias a ellos, gran parte de la carrera ha sido contra todo pronóstico, poniendo en jaque a los Mercedes y cuestionando su dominio. Pero erraron a la hora de hacer las cosas y parar en boxes.

En el cuarteto de cabeza, Bottas era mucho más veloz que Massa y desde el muro, parecía que lo más sensato era sacrificar a uno de los pilotos haciendo tapón con el fin de favorecer la escapada del otro. Eso decía la lógica si Williams quería volver a pisar lo más alto del cajón casi un lustro después. Pero optaron por lo errático probablemente con el propósito de no disgustar a ninguno de los dos pilotos, y eso les costó perderlo todo tras ponerle en bandeja a Hamilton la primera posición. La lluvia además les hizo naufragar en lo que parecía la carrera más prometedora.  En resumen, Williams ni consigue contentar a sus dos espadas ya que Bottas tendrá un justificado enfado, ni ganan la carrera y además caen en la trampa de los plateados.

La lucha Williams-Mercedes ha sido lo que ha protagonizado la carrera quedando en el tramo final todo en manos de la suerte. Cuando te encuentras un “Ahora llueve, ahora no”, has de tomar una decisión que puede ser la correcta o pifiarla como la pifió Raikkonen o Ericsson. Por atrás, más sentido tiene que Fernando Alonso se la juegue para amarrar su primer punto en otro capítulo más de “La casa del terror” en Woking. Y los que quedan según dejó entrever el sábado.

Dentro toda la lluvia caída, si alguien ha destacado aunque sin las cámaras para verlo es Roberto Merhi. La falta de prestaciones en comparación con las de Will Stevens quedaron en nada en cuanto las manos empezaron a contar, pudiendo sacar Merhi hasta tres segundos por vuelta a su compañero. Ahí es nada. Como diría el humorista José Mota, “Ahora vas y lo tuiteas”.