Pues
hoy toca hablar de un adelantamiento que para muchos es el mejor de la historia
de la Fórmula 1. Va a hacer casi 15 temporadas de aquello y a buen seguro que a
muchos les gustará recordarlo. Tal vez si hubiera existido el DRS en aquel
entonces le habría restado mérito, ya que habría sido demasiado artificial como
muchos de los adelantamientos de hoy en día. Pero no, es tan natural como la
vida misma. Nada mejor que una pasada mágica en un circuito mágico como es
Spa-Francorchamps.
Corría
el año 2000 y el mejor Michael Schumacher ya empezaba a ejercer de dictador en
la Fórmula 1. El otro protagonista de esta acción era Mika Hakkinen, que venía
de ganar los dos últimos mundiales con Mclaren y desde luego que hizo bueno el
apodo de “balas plateadas”.
En la
vuelta 39 pasan los míticos Eau Rouge y el Radillon y en plena recta Schumacher
tapa a Hakkinen, que se desespera. Y para regocijo de los aficionados menos mal
que no pudo, porque lo que vino un giro después quitó el aliento a todos. Se pasan las zonas mencionadas y había que
doblar a Ricardo Zonta. Schumacher se tira a la izquierda y Hakkinen a la
derecha para cortar el habla de todo el mundo. Caras largas en Ferrari y
delirio con incredulidad en Mclaren. Nadie creía lo que se había visto a cuatro
vueltas del final otorgando el triunfo al finlandés. Aunque también hay que
reconocer el mérito de Ricardo Zonta como espectador aventajado de la acción.
Un doblado se aparta de la trazada, pero él supo tomar la decisión correcta en
décimas de segundo quedándose en el centro como una estatua. Un solo movimiento
suyo habría arruinado al menos las opciones de uno de los dos.